La encrucijada espacial del siglo XXI. Las megaconstelaciones

La llegada del hombre a la Luna en 1969 marcó un hito en el ámbito de la exploración espacial; además, de poner fin a la intensa rivalidad que existía entre la entonces Unión Soviética y Estados Unidos por la conquista del espacio. Los proyectos espaciales posteriores evolucionaron hacia una colaboración amplia que nos llevan hasta al actual programa Artemis, el cual se erige como una iniciativa conjunta que implica a una buena parte de la comunidad internacional, si bien es cierto que se encuentra liderada por la NASA. En cualquier caso, su objetivo es particularmente desafiante: regresar a la superficie lunar y establecer una base permanente que sirva de ayuda a futuras misiones tripuladas con destino, principalmente, a Marte. Nos hallamos, pues, ante una nueva era espacial en la que los revolucionarios avances tecnológicos constituyen un rasgo destacable. Todo lo cual debe conjugarse junto al relevante rol que están desempeñando empresas privadas como Space X y Blue Origin, aportando nuevas posibilidades y enfoques en la exploración y explotación espacial por medio, fundamentalmente, del lanzamiento de mega-constelaciones, redes de pequeños satélites en la órbita terrestre baja, que prometen —inter alia— extender la conectividad global y mejorar la observación terrestre. Al hilo de las presentes consideraciones, debe indicarse que estos aparatos están teniendo un profundo impacto en el entorno espacial hasta el punto de que se prevé un aumento significativo de artefactos en la próxima década. Todo lo cual está acrecentando la congestión orbital, así como la presencia de desechos en el espacio. Este complejo panorama se ha visto agravado ante un marco regulatorio internacional profundamente desfasado. En definitiva, la tecnología emergente relativa a las mega-constelaciones está superando con creces la casuística que prevé la regulación espacial en vigor, creando lagunas y consolidando los retos que necesitan ser abordados a través de la actualización y el fortalecimiento del marco regulatorio oportuno. Todo lo anterior será objeto de análisis en la presente obra en la que, además, se plasmarán posibles soluciones legislativas.